lunes, 22 de enero de 2018

ECONOMIA Y MENDICIDAD



La mendicidad es producto y consecuencia, entre otros factores, de la marginación económica. Aun siendo una actividad improductiva y parásita está inserta en el sector de la economía como la más residual y precaria. En la situación de paro elevado y prolongado que sufre nuestro país, la mendicidad se ha reproducido con rapidez generando unos niveles de actividad entre cuatro y seis veces mayores que los existentes a finales de la década de los 90, si bien es necesario advertir que los grupos mendicantes son nómadas, dispuestos a desplazarse a cualquier lugar, con un sentido de la provisionalidad muy fuerte. La limosna constituye un fenómeno reproductor de la mendicidad, en tanto que posibilita un efecto continuista. Las personas que donan limosnas satisfacen la necesidad momentánea del mendigo, y, al mismo tiempo, favorecen su conciencia personal. En muchos casos, la limosna no es más que un remedio contra la “vergüenza ajena”. Se da limosna y se libera el remordimiento de conciencia. Estimamos que muy comúnmente, en esa piedad del limosnero hay no poca hipocresía y siempre una concepción del mundo, según un tal orden preestablecido, que, “como pobre que no va nunca a dejar de serlo, hay que ayudarle” .

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MENDICIDAD INFANTIL

 La mendicidad infantil forzada es un tipo de mendicidad en la que los niños y niñas menores de dieciocho años se ven obligados a mend...