Se suele incidir en que las razones por las
que estas personas se encuentran en esta situación son rupturas de lazos de
tres tipos: Ruptura de lazos familiares y personales. No tienen una relación
habitual o no mantienen ya ningún contacto con su familia directa e indirecta.
Puede deberse a la muerte de uno o varios miembros, a una pelea familiar, a la
distancia que les separa, a una adicción, a una enfermedad o trastorno físico o
mental, etcétera. Ruptura de lazos laborales. Las personas sin hogar no tienen
empleo o no tienen un empleo fijo que les proporcione ingresos estables.
Aunque, probablemente, lo tuvieron. Se calcula que un 10% de estas personas
tiene incluso estudios universitarios. Ruptura de lazos sociales. La persona
sin hogar (antes o después de serlo) puede perder sus amigos o puede tener
dificultades institucionales (problemas judiciales o con la policía). Puede ser
un proceso gradual o una ruptura brusca porque sus amigos le den la espalda al
no aceptar su indigna situación. En psicología suele denominarse a estos acontecimientos
"sucesos vitales estresantes". Se trata de rupturas que pueden y
suelen caracterizarse por tres rasgos: Son encadenadas, es decir, una ruptura
puede conducir a otra. Por ejemplo, la pérdida del trabajo puede provocar que
la persona pierda los lazos familiares o, a la inversa, una fuerte ruptura
familiar (por una muerte, una pelea, un maltrato, una adicción) le lleva a la
persona a perder también el trabajo por no poder realizarlo correctamente
debido a sufrir una profunda depresión. Son traumáticas. Provocan un alto
sufrimiento psicológico en la persona, de manera que su voluntad puede verse de
tal manera debilitada que no encuentra motivación para volver a rehacer sus
lazos y llevar una vida digna. Además, la vida en la calle suele agravar aún más
esta apatía. Son bruscas. Puede que la persona haya vivido varios grandes
traumas encadenados y alejados en el tiempo durante su vida, pero probablemente
uno de ellos le lleva directamente a la calle. Es decir, vivir en la calle no
es algo meditado, sino una solución precipitada para alejarse del dolor o la
única opción tras ser expulsada de su lugar de residencia habitual.
lunes, 22 de enero de 2018
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