
Es un fenómeno asociado a la pobreza, la indigencia, el desempleo, la
miseria y en fin a la falta de los recursos necesarios de una gran parte
de la población, para proveerse de la subsistencia.
El desplazamiento forzoso, el desempleo, la droga y la crisis económica
han provocado en los últimos años un crecimiento de la mendicidad siendo
ahora los protagonistas más importantes, aunque no los únicos, los
niños. En las principales ciudades vemos por la calle una cantidad
alarmante de personas en situación de indigencia que acuden al llamado
rebusque y a la mendicidad para poder vivir.
Es sumamente alarmante el fenómeno de los niños de la calle, que
insólitamente se ha convertido en cotidianidad y que los ciudadanos
miramos en el mejor de los casos con impotencia, compasión o
indeferencia, cuando no con desprecio, cólera o repulsión, hacia los
mismos niños.
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